dimecres, 27 de maig del 2020

12. Crave

Supe que la Ansiedad era un tema desconocido para la mayoría cuando pedir ayuda se convirtió en algo inútil. Las respuestas que me he ido encontrando a lo largo de estos tres años en los que he estado conviviendo con ella han sido muchas y muy diferentes, desde desconcierto hasta rechazo, pasando por la incómoda sensación de estar hablando de algo taboo que es mejor esconder.
La verdad es que nunca pedí que me ocurriera esto. Nunca quise ahogarme, ni sentir que mi cuerpo estaba fuera de control, ni tener palpitaciones y opresión en el pecho. Nunca decidí pasar por esto para llamar la atención ni para poder decir que probablemente algo no acaba de funcionar conmigo. Simplemente ocurrió una navidad y allí se quedó, dentro de mí. Aquella noche pensé, literalmente, que me iba a morir. No estoy exagerando. Los que conocéis la sensación sabréis que no. Y ojalá, pero no. Después de aquello vinieron más episodios. Muchísimos más. Rodeada de personas, sola, en espacios abiertos, cerrados, antes de una función, semanas después de máximo estrés.
Volviendo a lo que la mayoría entiende por Ansiedad, no puedo juzgar las reacciones ajenas pero sí me gustaría explicar lo que a mí me funciona y lo mucho que ayudaría que este trastorno se normalizara para poderlo abordar como es necesario. Voy a ser clara: lo he probado todo. Respiraciones, ponerle imaginación al asunto, cerrar los ojos, "relajarme", bailar, hablar con alguien, distraerme. Nada. Incluso peor. Como más intentaba evadirme más me ahogaba y sentirte así durante tres horas sin poder hacer nada, es agotador. Entonces descubrí que una de las cosas que más me curan, escribir, era la posible solución preventiva a uno de esos ataques. Si pones en un papel como te sientes en ese mismo momento, tomas conciencia de la realidad. Cuando escribí por primera vez: "Ahora mismo tengo ansiedad. Me ahogo y siento que no puedo controlarlo", sentí que mi cuerpo se quitaba un peso de encima. Sentí que estaba consiguiendo sacarlo de mí y aquello fue muy liberador. Después empezé a dibujarla de diferentes formas para llegar a entender qué cara le ponía a ese monstruo. Que el arte ha sido clave en todo este proceso es un hecho pero de lo que más he aprendido ha sido de la observación. Estaba claro que no era casualidad que mi cuerpo reaccionara así en una época en la que me presionaba por todo y no me detenía ni un segundo para preguntarme cómo estaba. Así que después de muchos meses empezé a dejar de ver la ansiedad como una enemiga para empezar a deducir lo que intentaba decirme. De esa forma aprendí a cuidarme y dejar de tener miedo. Supongo que después de tantas veces, uno empieza a creer que no va a morirse de esto... Bromas a parte, insisto en la importancia que requiere estar bien informado para poder ayudar a alguien en plena crisis. Es importante saber que en ese momento todo es muy confuso e irracional y que ves a la otra persona como a la única capaz de "salvarte". En todo caso, naturalizar el problema, preguntar y observar son formas útiles de ayudar. Es obvio que no hay que hacerse experto, pero conocer bien uno de los trastornos más desconocidos por la sociedad no está de más. Claro que todo el mundo a oído hablar sobre estar nervioso, tenso o estresado pero os aseguro que nada que ver. Y creo que es porque no interesa. No interesa que el cuerpo avise porque no estamos programados para parar. Detenerse es de débiles y es mejor ignorar las señales. Pues yo digo que si la máquina no chuta, aquí no hay trabajo que valga.
Por favor cuidémonos. Sé que nadie nos ha enseñado. No nos lo explican. Pero solo hay que mirar un poco dentro para encontrar respuestas.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada

0. ¿Nos Veis?

Recuerdo estar caminando por Malasia, de noche y con tanta infinidad de contrariedades en mi cabeza que me costaba respirar. Ya vuelve, pe...